viernes, 4 de septiembre de 2009

"Esperma de Cueva" Cortometraje Dirigido y Escrito por Diego Barrera


{ Exhibición en "Vídeo Cocktail” evento organizado por el colectivo “Fast Gallery” } Granada/España
{ Exhibición {solo} dentro de la muestra "Alumbramientos en un corazón roto, videos de Diego Barrera", llevada a cabo en el Centro Fundación Telefónica } Lima/Peru.

[Corto en 16 mm]

Especie de cadáver exquisito
Diálogos: mezcla de poemas de Mallarme, Brecht, Baudelaire, Lorca, Rimbaud, Maiakovski, Verlaine, Gerard de Nerval.

INT. Salon Dia

En una habitación roja se encuentra un hombre llamado URIEL que mas parecido a una mujer esta vestido con un corsé blanco, indumentaria barroca y una peluca rubia de gran tamaño. Esta sentado, se le ve agotado, se mueve incomodo, a su lado hay una botella con un líquido amarillento y unas copas. Detrás de él se ven trozos de espejo roto pegados a la pared.

La habitación esta dividida en dos, a la izquierda donde se encuentra Uriel, hay poca luz, del techo cuelgan unas botellas con líquidos de distintos colores. Al lado derecho vemos a un MANIQUI blanco, con símbolos negros en su cuerpo, no tiene cabeza y en vez de esta tiene un cirio rojo, con la mecha encendida, y por brazo tiene una rama de gran tamaño.

El lado derecho es más iluminado y del techo cuelgan frutas y flores, de distintos colores y tamaños, una manzana llama especialmente la atención, esta mordida y queda colgando justo donde termina la rama/brazo del maniquí.

En la mitad del salón esta colgado un reloj, que marca las ocho con ocho minutos.

Cuando Uriel mira al maniquí se escuchan ruidos extraños.

Uriel agarrándose la peluca, alza su brazo, como tratando inútilmente de alcanzar las botellas colgadas sobre él, luego deja caer el brazo cansado, se queja, destapa la botella al lado de el y se sirve en la copa, mirando luego la copa en su mano, enfadado.

URIEL
Hay que estar ebrio siempre.

Y tira la copa hacia el maniquí, la cual cae en el suelo y se rompe.

Comienza la conversación con el maniquí

MANIQUI
Llegan rumores de vomito
Con mujeres vacías.

Uriel toma la botella y se sirve de nuevo.

URIEL
No quiero sentir el horrible
Peso del tiempo que me
Rompe la espalda,
Inclinándola hacia la
Tierra.

Uriel bebe de la copa y sirve más del líquido. Mirando la copa.

URIEL
Pero ebrio de que, de vino
De represión, de ignorancia.

Bebe de la copa y la deja en el suelo. Se pone de pie y se aleja, gira su cabeza mirando al maniquí.

URIEL
Me rompiste el corazón y
Sencillamente te fuiste
Con él, a jugar como
Una niña juega
Con su pelota.

Uriel como tomando fuerza se acerca al maniquí, se escuchan ruidos. Enfrentándose a el.

URIEL
El vicio me ha marcado
Como a ti la esterilidad.

MANIQUI
El niño que enterraron esta mañana,
Lloraba tanto que hubo necesidad
De llamar a los perros para
Que callase.

Uriel se aleja mientras el maniquí habla, asustado, pone sus manos en su estomago, como abrazándose.

URIEL
Hijo, tengo miedo.

Se arrodilla.

URIEL
Su ojo solo se abre para el mió.

Ahora parece un hombre distinto, con energía se pone de pie y comienza a destapar las botellas del techo, luego las tira al suelo. Continua haciéndolo hasta que no queda ninguna y espera en pose desafiante.

URIEL
La salud es un estado,
La enfermedad no es sino otro
Mucho más cobarde y más mezquino,
No hay enfermo que no
Se haya agigantado.

MANIQUI
La mariposa filosófica,
Con sus minusválidas alas,
Se posa en la estrella rosa,
Escapa de la ventana del
Infierno.

Vemos el reloj del salón.

URIEL
Las horas pasan lentamente
Como el desfile de un
Entierro.

Vemos a Uriel desmaquillándose, hasta dejar limpio su rostro, mira su reflejo en los trozos de espejo roto de la pared, ahora no tiene puesto su corsé. La iluminación del salón ha cambiado, todo el salón tiene una luz uniforme, en el lado del maniquí las frutas y flores han comenzado a caer, podridas yacen en el suelo, con hojas secas, los símbolos escritos en el cuerpo del mismo maniquí ahora se ven borrosos.

Uriel aun desmaquillándose, mira al maniquí.

URIEL
De que te sirve imperfecto,
El haber ignorado.

MANIQUI
Vendrán las iguanas vivas
A morder a los hombres que sueñan
Y el que huye con el corazón roto...

Las cosas en el suelo del maniquí comienzan a arder. Cae la manzana mordida a sus pies.

URIEL
Encontrara

Vemos a Uriel sacándose la peluca, dejando al descubierto su larga cabellera rubia, la iluminación ahora favorece donde esta el sentado mirándose al espejo, mientras que el otro sector es oscuro. El maniquí ahora tiene su cuerpo sucio, los símbolos están esparcidos.

URIEL
Tu, sin brazos, perdido
Entre la multitud que vomita.

Uriel ahora no tiene nada de su antigua indumentaria, se le ve cómodo y con fuerza. Se pone de pie y mirando al maniquí.

URIEL
Lo bello se pudre,
Veré la resurrección de las
Mariposas disecadas.

Uriel comienza a caminar lentamente hacia el maniquí, cuando ya está muy cerca, sonríe.

URIEL
Diles a los impíos gusanos,
Que te devoraran a besos,
Que he conservado la forma
Y la esencia.

MANIQUI
Hace tiempo que me ahogue
Yazgo hinchado en el
Fondo.

URIEL
No nos veremos más,
Yo nazco.

Y sonriendo apaga la mecha del cirio del maniquí.